¡Vaya con la pregunta!
Está claro que el hombre (actual Homo sapiens) no ha sabido o no ha querido comportarse de forma respetuosa con sus semejantes y con el resto de la naturaleza a la cual pertenece desde que ocurrió hace unos 8000-12000 años aproximadamente en varios lugares del mundo un gran cambio para el ser humano. Este cambió supuso modificar sus hábitos de vida, su sociedad y su comportamiento. Me estoy refiriendo al periodo del Neolítico que supuso el cambio de vida nómada a sedentaria, la aparición de la domesticación y de los núcleos urbanos estables (pueblos y ciudades), las civilizaciones, el reparto o especialización en los oficios o trabajos y la división de la sociedad en estamentos o clases concretas. Posteriormente apareció el dinero, para sustituir al trueque de productos, que fue el mayor desastre de la historia de la humanidad como bien sabemos ahora. Hasta ese momento no parece haber problemas entre el ser humano, reitero Homo sapiens, y el resto del entorno en el que vive.
A partir de ese momento, sentimientos, pensamientos y conductas que durante miles y decenas de miles de años de existencia del ser humano anatómicamente moderno, se habían solucionado mediante sus mini-sociedades, saltaron por los aires. Por supuesto que había conflictos territoriales y por ocupar nichos ecológicos vacíos (acceso a los alimentos y el agua, acceso a la reproducción) entre tribus y grupos próximos, quizás hasta actos de canibalismo, como es sabido de otras especies del género Homo, pero no se llegaba al nivel de deshumanización y de destrucción que conocemos en la actualidad (que fuerte eh…!!).
Con el desarrollo de las civilizaciones, los excedentes de producción y la aparición del dinero, aumentaron las ansias de poder del ser humano frente a otros semejantes y frente a nuestra madre tierra. Se sucedieron guerras a lo largo de la historia reciente que provocaron millones de muertos directos y muchos millones más de muertos de hambre, refugiados, desplazados y gente desposeída de sus tierras y riquezas por otros individuos de su misma especie sin ninguna compasión ni miramiento. No puedo dejar de apuntar que una gran mayoría de las guerras ocurridas a lo largo de la historia se han producido por motivos religiosos y expansionistas…OJO.
Se creó un mundo desigual en el que unos viven bien y otros apenas malviven, y lo malo de todo que los conceptos de desigualdad, competencia e injusticia se labraron también desde el punto de vista científico a partir del s. XIX con las obras de Charles Darwin a la que muchos dieron la excusa para proclamar que el mundo es desigual, las sociedades humanas son desiguales porque es una norma NATURAL. Como existe competencia en la naturaleza, existe competencia en el hombre y las sociedades ricas deben de posicionarse en una situación de privilegio con respecto a otras. En estas palabras alguien puede intuir una cierta superioridad de algunos humanos en relación a otros.
Pues bien, el ser humano desde la revolución industrial del s. XIX, que coincide por otra parte en el tiempo con esas ideas acerca de la naturaleza, se ha encargado de destruirse a sí mismo y a su entorno, pero cierto es que la población mundial sigue aumentando de forma exponencial aunque no sabemos hasta cuando (hasta que se lo permitan los recursos y si no se hará una guerra mundial para eliminar población o se creará una pandemia mortal…así de duro y de crudo).
Si volvemos a la pregunta inicial, ¿por qué cambiarle el nombre a nuestra especie? Pues porque se lo tiene merecido.
Homo sapiens, significa etimológicamente hombre sabio, y se puede justificar este nombre en que tiene razón que ha sido la especie animal que ha conseguido evolucionar de una forma especial, adquiriendo “cierta racionalidad” y sobretodo un lenguaje articulado que le hace distinguirse del resto. Es preciso apuntar que ahora en el s. XXI ya quisiéramos tener la sabiduría de nuestros antepasados o de las civilizaciones mediterráneas como la griega o la romana, o la árabe, o las civilizaciones orientales china o japonesa que sabían mucho más que ahora de casi todo y sin apenas tener tecnologías a su alcance. Ahora tenemos mucha tecnología pero poco desarrollo del encéfalo, por eso la tecnología sustituye funciones que debería de realizar el cerebro.
Mi propuesta a todos los científicos actuales, a las comunidades científicas, al Código Internacional de Nomenclatura Zoológica y a la ONU, es el de cambiar el nombre de nuestra especie por Homo desastrosus, teniendo en cuenta la evolución negativa que ha llevado el ser humano desde el Neolítico que se puede resumir en:
- Para sus congéneres muerte, destrucción y hambre.
- Para la naturaleza, destrucción de ecosistemas, contaminación de aires y mares, eliminación de especies, desertización y desertificación, y lo más grave, la manipulación de la naturaleza a sabiendas que eso será una empresa imposible SIEMPRE.
Hay una cosa importante que ha olvidado el ser humano, y es que como animal que es, se rige por las mismas leyes naturales, científicas y universales; físicas, químicas y biológicas que afectan a todos los seres vivos. Y el día que la naturaleza se levante contra él será implacable en recuerdo a tanto daño causado por el nuevo Homo desastrosus.
Javier Alameda Lozano