"La naturaleza es grande en las grandes cosas, pero es grandísima en las más pequeñas" Saint-Pierre (1737-1814)

miércoles, 21 de septiembre de 2011

NUEVOS DATOS SOBRE EL ORIGEN DE NUESTROS ANCESTROS

Hace unos días se publicó en varios medios de comunicación un hallazgo relativamente reciente que aporta nuevos datos acerca de los ancestros de los primeros seres humanos, permitiéndonos conocer nueva información sobre el origen de la línea evolutiva de nuestra especie.

Los restos hallados en una cueva subterránea de Malapa (Suráfrica) fueron bautizados tiempo atrás como Australopithecus sediba Lee Berger et al. (2010), y datados según medidas paleomagnéticas y técnicas de datación novedosas con uranio-plomo en aproximadamente 1,97 millones de años. Los fósiles pretenden aportar más luz sobre los ancestros de los primeros seres humanos, y datos de especial relevancia como la adquisición de la capacidad de caminar erguido por parte de este organismo al que pertenecen esos restos, punto especialmente polémico en el mundo de la antropología, que puede abrir la posibilidad a nuevas hipótesis sobre nuestra línea evolutiva. El estudio ha sido publicado por Lee Berger y otros investigadores antropólogos de gran prestigio de diferentes países, en la célebre revista científica americana Science.

Después de esta breve introducción sobre el hallazgo de nuevos restos de homínidos, sería oportuno comentar algunos aspectos a tener en cuenta acerca del siempre polémico tema del origen de nuestra estirpe. Al tratar aspectos humanos se puede cometer el error de posicionarnos a causa de nuestras creencias religiosas predominantes en la postura simplista de que ser humano ha sido creado a imagen y semejanza de Dios. Compañeros nada más lejos de la realidad, esto es CIENCIA, y la ciencia y la religión no son incompatibles y no debemos caer en la trampa. Aquí se habla de ciencia como la búsqueda de conocimientos acerca de nuestra naturaleza, basándonos en datos empíricos, objetivos y refutables para crear hipótesis al respecto del tema a tratar, LA EVOLUCIÓN DE LOS HOMÍNIDOS. Los temas religiosos se pueden discutir en otros espacios o foros, pero no tienen cabida en un blog que trata de temas científicos en general y biológicos en particular.

Los restos hallados pertenecen a “A. sediba”, el nombre específico debe tomarse con mucho cuidado cuando se trata de la diagnosis de las especies fósiles de homínidos. La razón para obrar con cautela es que continuamente se descubren nuevas especies a las que se les ponen nuevos nombres, y quizás se esté abusando de la idea de que es fundamental y objetivo prioritario encontrar al famoso antecesor común con el resto de nuestros parientes primates y al famoso eslabón perdido, sin tener mucho conocimiento sobre los rangos de variabilidad en las características que permiten separar o diferenciar unas especies de otras. Es decir, con la información de unos pocos huesos fósiles se están describiendo especies, y quizás y al igual que ocurre en la actualidad con nosotros mismos, los restos hallados solamente formen parte del rango de variación de alguna o algunas especies en concreto. Es importante este dato porque actualmente se han descrito por la ciencia 6 especies del género Australopithecus, unas 12 especies del género Homo y otras 8 especies de diferentes géneros como Kenyanthropus, Paranthropus, Ardipithecus, Orrorin o Sahelanthropus, cuyas características específicas son en algunos casos ambiguas y que llevan a equivocación por sus semejanzas. Con esta idea, algunos pensarán que quizás algunas de las especies descritas sobran y sería más conveniente hablar de sinonimias entre algunas de ellas.

A. sediba no es una excepción, ya que se han encontrado restos parciales de varios esqueletos (más de 200 fragmentos) y sin embargo se ha descrito como otra especie distinta de Australopithecus, a la que se le da la condición de ser bípeda. El estudio concluye afirmando que estos homínidos de casi 2 millones de años caminaban erguidos y tenían ya una considerable capacidad craneal.

Lo que hay que plantearse ahora es una cuestión que todavía los antropólogos no han sido capaces de aglutinar ideas en común y es la siguiente: la condición de caminar erguido. Ésta es uno de los requisitos indispensables utilizados para la separación de las especies del género Australopithecus (no andan erguidos aunque pueden ponerse de pie, hecho también conocido que llevan a cabo los chimpancés actuales) y Homo (ya andan erguidos), además de algunas otras características como la proporción de los apéndices, el desarrollo craneal o la dentición que también nos hace separar clásicamente al género Australopithecus (dentición de herbívoro) y Homo (dentición de carnívoro-omnívoro).

Conociendo lo anterior, las medidas de datación con diferentes técnicas y los lugares donde se han encontrado históricamente fósiles de restos de humanos del pasado, existen otros problemas de difícil solución aunque como siempre en la ciencia la aparición de hipótesis variadas dan mucho juego a la disciplina. La inmensa mayoría de los fósiles encontrados se hallaron en áfrica oriental, valle del rift, canal de Suez y Sudáfrica mezclándose los yacimientos de las diferentes especies descritas y de diferentes épocas, antes de pasar se supone por oriente próximo camino de Asia y a la colonización progresiva del resto del planeta. Cada pocos años se describen nuevas especies en base a restos fragmentados y escasos en ocasiones, que lo que hacen es aumentar las incógnitas sobre el origen del ser humano y sus ancestros.

Es evidente que los homínidos se originaron en áfrica oriental y del sur, y que de ahí colonizaron el resto del mundo. Existe otra hipótesis más heterodoxa que apunta a que el origen del ser humano pudo tener lugar en varios lugares distintos del planeta (hipótesis del origen multirregional) y que explica algunos de los huecos o lagunas que existen en el registro fósil en la evolución del Homo sapiens L.,1758.

Pero ahora estamos centrados en nuestros ancestros y no en nuestra especie, resulta que características que diferencian a los Australopithecus y a los Homo son compartidas en ocasiones por las especies de ambos géneros, y que los restos se han encontrado en las mismas zonas geográficas y datados en ocasiones en las mismas épocas. Por tanto no es descabellado pensar en la posibilidad de que no haya apenas diferencias entre algunas de esas especies y por lo tanto que estén dentro del rango de variabilidad de alguna de ellas e incluso hay gente atrevida que afirma en que todos los homínidos conocidos o al menos una parte de ellos pertenecen a la misma especie.

El problema creo que radica en el afán y el objetivo que tienen muchos investigadores en colgarse alguna medalla con más descubrimientos que lo que aportan en ocasiones es más incertidumbre sobre nuestros antepasados, y vuelven locos a los nuevos estudiantes interesados en el estudio de nuestros ancestros. Esto no quiere decir que el hallazgo sea falso ni mucho menos, sino que es aconsejable delimitar con cierta claridad por parte de los antropólogos características diagnósticas eficaces para identificar los futuros restos que nos encontremos.

Esta nota pretende remover las conciencias sobre como se están llevando a cabo en la ciencia actual algunos descubrimientos y sobretodo como los medios de comunicación, que apenas les importa nada hablar de hallazgos científicos no aplicados (es decir aquellos que no están encaminados a la obtención de beneficios económicos), de pronto nos sorprendan con noticias de este tipo por algún motivo oculto. En mi modesta opinión, cualquier estudio, por irrelevante que sea (que no es el caso del que se ha tratado en estas líneas), que aparecen en las prestigiosas revistas científicas Nature and Science, tienen una alta probabilidad de que aparezcan mencionados en los medios de comunicación de todo el mundo, y sin embargo otros trabajos igual o más importantes apenas tienen cabida y nunca serán conocidos por el ciudadano de a pie. Quizás esos estudios guarden en ocasiones intereses ajenos a la ciencia o de lo contrario intereses muy relacionados con según que aspectos científicos, como en este caso el SIEMPRE polémico tema sobre el ORIGEN DEL HOMBRE.

Javier Alameda Lozano

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