"La naturaleza es grande en las grandes cosas, pero es grandísima en las más pequeñas" Saint-Pierre (1737-1814)

miércoles, 23 de junio de 2010

Gluvia dorsalis (Latreille, 1817)

Los solífugos son arácnidos de talla considerable. Tiene un aspecto feroz y agresivo, aunque en realidad son totalmente inofensivos, ya que no poseen glándulas venenosas (aunque cuidado con sus quelíceros!!!). La única especie de solífugo en la Península Ibérica es Gluvia dorsalis.

El tamaño de Gluvia dorsalis varía de 35 a 45 mm, y tiene una coloración de ocre a pardo clara, con algunas manchas grisáceas en el abdomen. El prosoma y el opistosoma están segmentados. Los quelíceros son muy grandes, formados por dos artejos con función prensil. Los pedipalpos están terminados por una ventosa, y su función es prensil y adherente. El primer par de patas tiene función táctil y el resto son marchadoras.

Podemos encontrar este solífugo en toda la Península Ibérica, exceptuando las zonas pirenaica y cantábrica, preferentemente en lugares áridos y secos. Viven varios años y construyen un nido tubular, profundo, que abandonan durante la noche para alimentarse.

Para obtener más información lo aconsejable es acudir a una guía de campo.

La taxonomía es la siguiente:
>REINO: Animalia
>FILO: Arthropoda
>CLASE: Arachnida
>ORDEN: Solifugae
>FAMILIA: Daesiidae
>GÉNERO: Gluvia
>ESPECIE: Gluvia dorsalis (Latreille, 1817)

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