"La naturaleza es grande en las grandes cosas, pero es grandísima en las más pequeñas" Saint-Pierre (1737-1814)

jueves, 9 de noviembre de 2017

Importancia de inventariar la biodiversidad: el caso de la aracnología

           El concepto de biodiversidad ha sido utilizado por científicos y aficionados durante años únicamente para referirse a la variedad de especies presentes en un lugar determinado, obviando lo que más tarde se ha conocido en sentido amplio como biodiversidad o diversidad biológica referida a la variabilidad existente en la vida en la tierra y por tanto considerando variaciones intraespecíficas, interespecíficas, genéticas, compartimentales o conductuales, ecológicas, filogenéticas, etc.
¿Por qué es importante conocer las formas de vida existentes?
-      - Primeramente, es importante por el simple motivo de conocer qué formas de vida viven en nuestro entorno. Recordemos que la ciencia se puede definir de forma simplificada como la disciplina que se encarga de generar conocimiento basándose en un método científico claramente establecido. Supongamos que vivimos en una región concreta (por ejemplo un pueblo de la Sierra de Gredos en Ávila) y nos interesaría conocer qué especies de aves, mamíferos, reptiles, anfibios o invertebrados habitan en nuestro entorno más cercano, incluso hasta nos podría interesar conocer qué especies de arañas nos podríamos encontrar en esta zona de alta montaña del centro peninsular.
-     - Es importante porque al conocer especies de organismos nuevas, el ser humano a lo largo de la historia ha intentado rápidamente encontrar una utilidad práctica para su propio beneficio.
-       - Igual de importante es poder descubrir las formas de vida que habitaron en el pasado y que nos han dejado sus rastros. Reconstruir la historia biológica de un taxón o taxones es una experiencia única, poder reconstruir las relaciones de parentescos solo es posible gracias al conocimiento de las formas de vida actuales y de las que vivieron en el pasado.
-    - Conociendo los organismos presentes y su dinámica poblacional en una región se pueden tomar medidas de gestión encaminadas a la conservación de aquellas especies que se encuentren en riesgo para su supervivencia.
Por otra parte, los inventarios biológicos se pueden definir como una relación detallada y ordenada que aporta una información muy valiosa sobre el estado de conocimiento de la diversidad biológica dentro de una categoría concreta, es decir, existen inventarios, listados, atlas o catálogos muy detallados en algunos casos sobre grupos faunísticos concretos en un lugar determinado. Algunos ejemplos ficticios son: inventario de las aves esteparias de La Mancha, inventario de los anfibios de la provincia de Pontevedra o inventario ibérico del orden Araneae (éste último no tan ficticio). Existen también los inventarios moleculares, de una gran complejidad, llamados en este caso banco de datos de genes, DNA, RNA, etc., entre otras terminologías, e importantes son igualmente los inventarios forestales utilizados como base de información previa a la planificación de montes en cualquier proyecto de ordenación o plan de gestión forestal.
Conociendo los conceptos de biodiversidad e inventario, se puede deducir que un inventario de arañas ibéricas sería una relación detallada y ordenada con información sobre las especies de arañas descubiertas o citadas en la Península Ibérica. La aracnología en la Península Ibérica y en el siglo XX ha estado por desgracia bajo mínimos desde el punto de vista de especialistas (científicos y aficionados) que se han dedicado a este objeto de estudio. La escasez de aracnólogos, unida a la repulsa del propio objeto de estudio por parte de la sociedad e incluso de la comunidad científica y a la falta de medios y de inversión en I+D+I hace realmente complicado el avance de esta disciplina. Aún así desde finales del siglo XX y en este siglo XXI ha habido importantes avances en la aracnología ibérica que han posibilitado tener un pequeño conocimiento de la araneofauna de la Península Ibérica, ha permitido publicar y dar a conocer importantes hallazgos a la comunidad científica y ha facilitado la elaboración de un inventario – catálogo de las arañas de la Península Ibérica, es decir, una información detallada y ordenada de las arañas conocidas de la fauna ibérica hasta al menos el año 2014 (ver Cuadro 1).

 
               Cuadro 1: Entrada del sitio web del Catálogo de arañas ibéricas
 
¿Por qué es importante mantener actualizado un inventario de un grupo faunístico como por ejemplo el de las arañas ibéricas?
-    - Es importante que el escaso o mucho conocimiento que se tenga sobre un grupo faunístico se encuentre ordenado, detallado y accesible, para que los especialistas y aficionados actuales y futuros puedan acceder a él y puedan poner su granito de arena en el avance del conocimiento araneológico.
-     - Sin conocer las especies de arañas existentes en un lugar no se pueden llevar a cabo estudios o investigaciones de tipo ecológico, biogeográfico, filogenético, etc. Por ejemplo, si se conoce que un determinado género de arañas como Dysdera Latreille, 1804  se encuentra representado por especies macaronésicas y multitud de especies en el ámbito mediterráneo, es un acicate para el investigador que se encarga de reconstruir las historias evolutivas y biogeográficas el ponerse a estudiar las relaciones de parentesco entre dichas especies del género. Para ello es un requisito previo y fundamental el conocer qué especies de arañas se encuentran en un lugar determinado, es decir, es imprescindible tener un inventario de especies.
-        - La información que puede aportar un inventario es importante igualmente para los taxónomos que se dedican a describir nuevas especies o a revisar las ya existentes, junto evidentemente a la existencia de colecciones. Ante una nueva posible especie de araña para la ciencia, es importante acudir a los inventarios, a los datos o listados de araneofauna disponibles para la zona de estudio.
En los inventarios de biodiversidad debemos de ser inteligentes y meticulosos para identificar los que son fiables de los que no lo son, es decir, existen multitud de posibles inventarios de casi cualquier grupo faunístico por las redes sociales e internet, algunos basados en fotografías, otros en datos científicos no corroborados y otros mezclan un poco de todo. Las inventarios son una fotografía o reflejo estático de la biodiversidad de una zona hasta un momento concreto, pero casi con seguridad no representará de modo alguno la biodiversidad completa en la zona, sino solamente aproximaciones a la diversidad total. Para ello es igualmente importante llevar a cabo estimaciones de la riqueza específica eficientes y establecer protocolos estandarizados y optimizados para la realización de inventarios faunísticos.
En el caso de la aracnología existe un inventario – catálogo de arañas ibéricas accesible a través del sitio web del Grupo Ibérico de Aracnología (GIA), grupo de trabajo autónomo surgido en el seno de la Sociedad Entomológica Aragonesa (SEA) cuyo objetivo es el de promover los estudios aracnológicos de todo tipo y ámbito geográfico a través de cualesquiera medios y actividades, que esperemos siga estando actualizado y aportando información valiosa sobre la araneofauna ibérica, y es a través de los enlaces disponibles en dicho sitio web en dónde se puede acceder al maravilloso mundo de los arácnidos con toda la información existente a nivel ibérico, europeo y mundial (ver Cuadro 2). 
Cuadro 2: Entrada del sitio web del Grupo Ibérico de Aracnología










Javier Alameda Lozano 

jueves, 22 de junio de 2017

CLASE MAMMALIA (mamíferos)

1. Características generales.

Los mamíferos (Clase Mammalia) son una clase de vertebrados homeotermos y amniotas. La mayoría son vivíparos (excepto los monotremas). Han conseguido una gran capacidad de adaptación habitando en todos los ecosistemas del planeta, convirtiéndose en su conjunto en uno de los grupos dominantes sobre La Tierra. Actualmente se conocen más de 5.450 especies.

Los mamíferos son un grupo monofilético, todos descienden de un antepasado común de hace más de 200 millones de años (finales del Triásico). Pertenecen al clado o grupo de los sinápsidos, que incluye también reptiles emparentados con los mamíferos. Todos sus miembros comparten una serie de novedades evolutivas únicas (sinapomorfías) como son:

- Las hembras poseen glándulas sebáceas, que se han modificado como glándulas mamarias, capaces de segregar leche, que utilizan como alimento todas las crías de mamíferos. De esta característica deriva el nombre de mamíferos.
- La mandíbula está formada sólo por el hueso dentario, rasgo exclusivo de todos los mamíferos.
- La articulación de la mandíbula con el cráneo se lleva a cabo entre el hueso dentario y el hueso escamoso.
- Presentan tres huesos en el oído medio: martillo, yunque y estribo (con alguna excepción).
- La mayoría de los mamíferos presentan pabellones auriculares.
- Presencia de pelo en casi todas o alguna de las etapas de su vida.



2. Evolución del grupo.

Los mamíferos actuales descienden de un grupo de tetrápodos amniotas, llamados sinápsidos primitivos, que tuvieron su momento de diversificación a principios del Pérmico, hace unos 280 millones de años, y su dominio continuó sobre los reptiles terrestres hasta hace unos 245 millones de años (principios del Triásico). En ese periodo los dinosaurios se convirtieron en los dominadores del mundo terrestre (estaban mejor adaptados a la vida terrestre). Los primeros mamíferos verdaderos aparecieron hace unos 220 millones de años a finales del Triásico, iniciando su diversificación y alcanzando un papel dominante.

A lo largo de la historia evolutiva de los mamíferos se sucedieron una serie de hechos que van a determinar la adquisición de los rasgos que caracterizan a la clase:

- Homeotermia, es decir, capacidad de regular su temperatura corporal. Gracias a ella pudieron conquistar territorios fríos y desarrollar una actividad nocturna.
- Aparición del pelo que les protege el cuerpo frente a la pérdida de calor.
- Adaptaciones del esqueleto que permitió conseguir una mayor efectividad energética y disminución del gasto.
- Extremidades articuladas por debajo del tronco en lugar de a ambos lados. Esto provocó un aumento de la movilidad del animal y disminución del gasto energético.
- Gestación interna de las crías que permitió mayor libertad de movimiento a las madres y aumentó la capacidad de supervivencia.
- Mayor efectividad de los procesos respiratorios y digestivos, provocando el perfeccionamiento de los aparatos circulatorio y respiratorio con relación a la efectividad fisiológica, y el del digestivo para conseguir un mayor aprovechamiento nutritivo de los alimentos.
- El sistema nervioso central fue adquiriendo un tamaño y estructura histológica que no se conoce en otros animales, y gran desarrollo de los órganos sensoriales, en especial del oído y el olfato.


Javier Alameda Lozano

lunes, 5 de septiembre de 2016

Y este año el Valle del Jerte...entre otros!!!

Cada año nos vemos sorprendidos e indignados por decenas de incendios forestales que ocurren a lo largo y ancho de toda la geografía ibérica. Existen por supuesto incendios provocados por causas naturales, accidentes, diversas negligencias, pero casi siempre existe un componente voluntario humano que pocas veces se trata.
Al ser Extremadura nuestra tierra me quería centrar en ella. El año pasado ardieron más de 8000 has de terrenos forestales en la maravillosa Sierra de Gata, que por suerte no ha impedido que un año después la actividad y el desarrollo en la zona se haya recuperado en gran medida aunque las pérdidas medioambientales y ecológicas son incalculables y de difícil reparación a corto y medio plazo.
Este año hemos asistido a otro incendio forestal de un lugar natural emblemático donde los haya en nuestra región, me refiero a la Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos situada en la zona norte del Valle del Jerte.
Si la mayoría de los incendios forestales SIEMPRE son provocados por el ser humano, ¿por qué no se ponen en los montes más medios humanos y técnicos para prevenir y vigilar los mismos? Es necesario aumentar el número de profesionales presentes en nuestros terrenos forestales durante el año para llevar a cabo acciones preventivas y de vigilancia (Peones especializados en la lucha contra incendios forestales y Agentes del Medio Natural). De la misma manera es necesaria una mayor cooperación con los escasos profesionales del SEPRONA de la Guardia Civil que trabajan en el monte para poder identificar y detener a los causantes de tales hechos deplorables.
Soy plenamente consciente de que en estos tiempos de crisis aumentar la oferta de empleo público de estos profesionales es difícil, pero igualmente es necesario. No puede haber un forestal, un peón o un SEPRONA vigilando cientos de kilómetros cuadrados de monte y ser eficiente en la tarea de prevención y vigilancia, ya que la mayoría de las infracciones se cometen con total impunidad en casi cualquier rincón de nuestra región.
Por otra parte, es necesario educar, concienciar y sensibilizar a la sociedad en todos los ámbitos de la vida, y como último punto comentar que las penas por cometer delitos medioambientales son en muchos casos irrisorias, nada ejemplarizantes a pesar del endurecimiento del Código Penal.
Esperemos que este escrito sirva para reflexionar y que al año que viene no tengamos que hablar de incendios provocados por el motivo que sea en alguna de las joyas de la corona de la naturaleza extremeña.
Javier Alameda Lozano

martes, 10 de mayo de 2016

Tristeza

Debo de admitir entristecido algunos acontecimientos que han ocurrido en las últimas semanas y que tienen que ver con el escaso o nulo civismo y respeto de algunas personas. Hemos contemplado impasibles como un grupo de personas increpaban, agredían y coaccionaban a dos mujeres por el simple hecho de grabar o intentar grabar unas imágenes de los Correbous en un municipio tarraconense de cuyo nombre no quiero acordarme. Ellas antitaurinas, en contra del maltrato animal, y ellos defensores de su “tradición” alentando a las masas y entre aplausos increpando a las dos mujeres. Muy valientes. 
Por otra parte en el municipio de Barrado en el solemne Valle del Jerte, se han encontrado dos grandes robles envenenados (uno de ellos considerado árbol singular y por tanto protegido) por algún vándalo de la zona con motivaciones desconocidas de momento pero con ningún sentido respetuoso para con los bienes naturales que tanto y tanto nos dan en nuestra región. La reflexión es clara: seguimos matando animales y haciéndoles sufrir con vistas a la diversión de algún@s y amparándose en la tradición y para quién no lo entienda le puede pasar lo mismo que a las dos muchachas en su intención de denunciar tales hechos, o decidimos acabar con árboles protegidos que tardaron en alcanzar ese grado de majestuosidad al cabo de muchos siglos. 
La pregunta a los lectores es igualmente clara, corta y concisa, ¿en qué siglo nos encontramos, el siglo XIII o el siglo XXI?
Respóndanse ustedes mismo.
Javier Alameda Lozano